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Descubre tu PROPÓSITO DE VIDA

Más allá de las diferencias que pueden existir entre los distintos seres humanos que habitamos el planeta, hay algo que les puedo asegurar tenemos en común.

Sin excepción de nuestro género, la religión que profesamos, la edad, o el rincón del mundo en el que crecimos y vivimos. Todos absolutamente todos, deseamos lo mismo de la vida.

¿Y como es eso? No te conozco, no se quien está leyendo este artículo, pero puedo asegurarte que lo que deseas en la vida es ser feliz.

Algunos buscan su felicidad en los bienes materiales, otros la buscan en los logros profesionales, y otros en sus relaciones.

Pueden ser distintos los sitios en que buscamos experimentar ese estado de felicidad, pero en definitiva todos, absolutamente todos queremos lo mismo.

Esa búsqueda muchas veces nos lleva a sentirnos frustradas, a experimentar un sube y baja de emociones dependiendo de si el destino se alinea con lo que esperamos o no, y otras tantas nos lleva a colocarnos el piloto automático y vivir nuestro día a día sin detenernos a preguntarnos si la vida que estamos construyendo nos hace sentir plenas.

El problema radica en que erramos el objeto en el que depositamos nuestra felicidad, y mientras más nos demoremos en darnos cuenta de eso, más tiempo de nuestra vida se habrá escurrido de entre los dedos. Y lamentablemente, una vez que el tiempo pasó, no podemos comprarlo para recuperarlo, ni tampoco retrocederlo si nos arrepentimos de no haberlo aprovechado como nos hubiera gustado.

“Una vida sin propósito es como un barco sin timón”

THOMAS CARLYLE.

Entonces, ¿cuál es la clave de todo esto? En primer lugar entender que la palabra “felicidad” es un sentimiento que engloba en realidad un conjunto de emociones que nos dan bienestar. Y como todo sentimiento y emoción es impermanente.

Lo que sí podemos aspirar a sentirnos en plenitud. Plenitud con nuestro propio ser, con lo que hacemos, y con todos los que nos rodean.

Pero, ¿cómo se consigue ese estado?

La plenitud nos la da el conocimiento de nosotras mismas, el conectar con nuestra esencia y el vivir en coherencia con nuestros valores fundamentales.

Para conseguirla, es necesario encontrarle un sentido a nuestra existencia, y saber que cada día estamos dando los pasos para dejar de nosotras el legado que deseamos en este mundo.

Todo ser humano aspira a trascender en esta vida. En lo profundo de nuestro interior deseamos que nuestro paso por la tierra no sea en vano, sino que dejemos una huella que nos represente cuando ya no estemos aquí.

Encontrar el propósito de nuestra vida, nos dará la motivación diaria que necesitamos y la sensación de plenitud por estar viviendo acorde a él.

¿Cómo descubrir mi propósito de vida?

La clave es encontrar dónde tus habilidades y lo que impulsa tu pasión, se conjuga con las necesidades de otros.

Puedes descubrir este punto de encuentro al contestar las siguientes tres preguntas:

-¿Qué amo?

-¿En qué soy bueno?

-¿Qué necesita el mundo?

Para conseguir eso primero que nada es necesario conocerte en profundidad. Realizar un trabajo de introspección, descubrir qué cosas estaban presentes en los momentos más felices de tu vida. Cuáles son los valores que te impulsan y cuáles son tus fortalezas, esas cosas que te gustan y te salen naturalmente.

Todas poseemos dones que nos hacen únicas, y cuando además esos talentos nos hacen sentir plenas, estamos bien encaminadas a descubrir nuestro propósito.

TU PROPÓSITO NO ES UN DESTINO, ES UN CAMINO

Lo único constante en la vida es el cambio. Es así como tu propósito de vida cambiará a medida que aprendas más sobre ti y el mundo que te rodea; a medida que empieces a sentir, reaccionar, pensar y actuar de manera diferente.

El camino de autodescubrimiento es continuo, y mientras estemos vivos estaremos transitándolo.

Eso es lo que hace emocionante esta vida, y nos convierte en cocreadoras de nuestra propia realidad.

Así que, te invito a apagar el piloto automático y convertirte en una artista que transformará su vida en su mejor obra de arte.

Una vez que descubras tu propósito, y vivas de acuerdo a él, notarás la diferencia entre la vida que llevabas antes y la vida con sentido y dirección en tus manos.

P.D: Recuerda que la única constante en la vida es la IMPERMANENCIA, por eso te recomiendo cada cierto tiempo, detenerte un momento para evaluar cómo sigue todo, y hacer los reajustes que sean necesarios en tu propósito.

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