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Fortalezas y debilidades

Conocer las cosas que componen tus fortalezas y aquellas que forman parte de tus debilidades puede permitirte estabilizar tu vida personal y nutrir tus interacciones personales y también profesionales.

El conocimiento de uno mismo es una herramienta poderosa que muchas personas ignoran porque se requiere de valor para detener la superficialidad de la vida cotidiana y tomarse un tiempo para mirarse a uno mismo, y reconocer nuestras luces y sombras.

Las fortalezas y debilidades personales son las cualidades que definen el comportamiento humano.

Todos tenemos fortalezas y debilidades…

A veces, culpamos a la vida o incluso a otras personas por la situación que atravesamos.

Nos olvidamos de que absolutamente todo lo que sucede en nuestras vidas tiene que ver con nosotros mismos y ocurre por alguna razón.

Somos los únicos responsables de nuestras circunstancias, lo que pasa es que nos conocemos realmente muy poco.

Se que probablemente al pensar en tus fortalezas y debilidades, hay algunas que se te vienen automáticamente a la mente, pero sin embargo, seguro que hay muchas que no percibes o que aún no eres consciente de tenerlas.

Para lograr conocerte mejor, es muy importante que sepas cuáles son tus fortalezas y cuales tus debilidades. A continuación, te dejo una lista con algunas, para facilitarte el trabajo.

FORTALEZAS:

Las fortalezas de una persona, son aquellas características, habilidades y capacidades que le hacen resaltar positivamente en algo, y que pueden estar muy vinculadas a su don.

Hay personas que dependiendo del tipo de vivencias que ha tenido en su vida les puede resultar más fácil hacer una cosa concreta que a otras personas.

Son esas cualidades que te nacen naturalmente, y facilitan tu desempeño en determinadas áreas de tu vida.

DEBILIDADES

Reflexiona sobre tus debilidades. El término “debilidad” no es la forma más útil de pensar en las áreas de desarrollo.

En lugar de enfocarte en el término “debilidad”, el cual tiene una sensación negativa, piensa en las áreas donde necesitas crecer o mejorar. Esto te mantendrá concentrado en el futuro y en lo que puedes hacer para ser una mejor persona.

Las debilidades son todo lo contrario a nuestras fortalezas. Una debilidad personal es aquello que no se nos da bien hacer o una aptitud que no nos favorece en nuestra personalidad.

Las debilidades no son aspectos permanentes de nosotros mismos, sino aspectos cambiables de la manera en que hacemos las cosas para poder convertirnos en seres aún más excelentes.

Digamos que las debilidades son esas «sombras» que poco a poco tendrás que trabajar.

EJEMPLOS DE FORTALEZAS Y DEBILIDADES

  1. Honestidad (fortaleza) y deshonestidad (debilidad). Dado que la confianza es un bien social, las personas propensas a la mentira o la tergiversación suelen ser consideradas negativamente en condiciones ordinarias, ya que ponen en jaque la confianza que puede ser depositada en ellos.
  2. Paciencia (fortaleza) y premura (debilidad). En muchos ámbitos humanos se hará necesaria la espera, la minuciosidad o el empecinamiento, y aquellos que renuncien con facilidad serán tenidos como menos. Esta es una de las enseñanzas más frecuentes de la meditación zen.
  3. Compromiso (fortaleza) y egoísmo (debilidad). Estos rasgos son indispensables a la hora del trabajo en equipo o de constituir diversas formas de sociedad, desde un equipo de fútbol hasta una relación amorosa. El compromiso se traduce en la capacidad para anteponer el bien común al individual, mientras que el egoísmo implica todo lo contrario.
  4. Valentía (fortaleza) y cobardía (debilidad). Se entiende por valentía no la ausencia de miedos (lo cual apunta más bien a la ingenuidad), sino la capacidad para enfrentarlos y aun así acometer lo deseado. La cobardía, en cambio, supone la imposibilidad de enfrentar situaciones de riesgo o estrés, prefiriendo la huida o la renuncia temprana.
  5. Responsabilidad (fortaleza) y irresponsabilidad (debilidad). Una persona responsable es, en líneas generales, la que se hace cargo de las consecuencias de sus acciones y no permite que otros carguen con ellas en su lugar. Una persona irresponsable, en cambio, es capaz de dejar que un inocente sufra castigo con tal de preservar su bienestar.
  6. Puntualidad (fortaleza) y impuntualidad (debilidad). La capacidad para valorar el tiempo ajeno es una fortaleza muy valorada en ciertos ámbitos interpersonales o de trabajo. Una persona impuntual puede carecer de herramientas para administrar el propio tiempo, puede ser perezosa o desordenada, mientras que una puntual promete, de entrada, todo lo contrario.
  7. Organización (fortaleza) y desorden (debilidad). Sobre todo en los diversos sistemas de trabajo o de construcción colectiva, la capacidad de organización personal e incluso de organización colectiva es una fortaleza preciada, ya que perfila capacidades administrativas sumamente necesarias en un sistema cerrado. El desorden, en cambio, suele ser más creativo pero, a la vez, más incontrolable y bastante menos predecible.
  8. Creatividad (fortaleza) y pensamiento llano (debilidad). La creatividad es un don espontáneo y natural del ser humano, que le permite abordar las diversas situaciones de necesidad o reto de formas originales e insospechadas. Una buena dosis de creatividad puede ser el empuje definitivo hacia adelante, mientras que una persona de pensamiento llano (chato) deberá seguir las formas y caminos trazados anteriormente por otros.
  9. Proactividad (fortaleza) y apatía (debilidad). Se trata de la capacidad de emprendimiento de una persona, su gestión autónoma de la energía y las ganas de hacer cosas: algo indispensable para asumir nuevos retos y crecer. La apatía, por el contrario, tiende al adormecimiento y al conservadurismo.
  10. Confianza (fortaleza) y duda (debilidad). Normalmente se premia la confianza y la determinación, como actitudes de liderazgo y vanguardia, en detrimento de la duda, ya que ésta puede ser paralizante. No obstante, en algunos ámbitos, como el intelectual, la duda puede ser una gran fortaleza en el camino hacia la excelencia.
  11. Carisma (fortaleza) y antipatía (debilidad). Fundamental en un líder, el carisma supone la capacidad de contagiar el entusiasmo a quienes nos rodean y de sumarlos a la propia causa. La antipatía, en cambio, produce lo opuesto. Una persona carismática goza del momento inicial a su favor, ya que “cae” bien de entrada.
  12. Concentración (fortaleza) y dispersión (debilidad). En el ámbito productivo, suele premiarse la concentración en tanto rinde frutos más inmediatos que la dispersión, la cual puede resultar útil en condiciones de extrema simultaneidad de procesos, pero usualmente retarda el cumplimiento de las labores al mínimo.
  13. Humildad (fortaleza) y soberbia (debilidad). Esta valoración tiene raíces en diversos imaginarios morales e incluso religiosos. La soberbia, en tanto reflejo de fragilidades e inseguridades interiores, es un mecanismo de defensa que ataca primero al otro cuya opinión se teme. La humildad, en cambio, apunta a una forma de la confianza interior.
  14. Respeto (fortaleza) y abuso (debilidad). La conciencia de las formas y consideraciones en el trato con los demás no sólo promueve de entrada un tratamiento semejante para con la persona, sino que además establece un lazo de confianza y simpatía que, en cambio, el abuso y sus urgencias destruye.
  15. Empatía (fortaleza) y indiferencia (debilidad). La empatía supone la capacidad para sufrir con el otro y mostrarse compasivo en situaciones de debilidad ajena. La indiferencia, al contrario, puede ser una de las formas de la crueldad o del egoísmo, ya que valora el propio bienestar muy por encima del ajeno.

Espero que estos ejemplos te hayan dado una idea de cómo identificar las tuyas. Te sugiero que como manera de irte conociendo mejor, en ese «Cuaderno de Reconectar contigo» que te recomendé en otros post, hagas un listado de las fortalezas y debilidades que detectas en ti, y cuáles de esas debilidades consideras primordial comenzar a transformar.

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